sábado, 27 de abril de 2013

LA MOTIVACION


Hay ocasiones en nuestras vidas que asumimos retos sabiendo que afrontarlos será un hecho muy difícil, y aun así, logramos cumplir nuestras metas y objetivos. Sin embargo, existen muchas ocasiones en el que el más pequeño de los retos nos resulta imposible, no encontramos soluciones, o simplemente nos falta una energía que nos haga salir adelante. Pues bien, esta energía es la motivación, la motivación es el medio por el que conseguimos esa fuerza que nos hace superar los problemas, o al menos afrontarlos con ilusión y optimismo. Por este modo, la motivación es un factor clave en nuestra conducta, en cada acción será esta la que nos ayude a realizarla con más fuerza, rapidez y eficacia.

Dentro de estos niveles de motivación, podemos encontrarnos una condicionada por factores externos a nosotros, o una motivación que nace desde nuestro interior, desde nuestros gustos, deseos o ilusiones. Son niveles totalmente diferentes, llamados motivación extrínseca y motivación intrínseca respectivamente. Aunque en muchos casos, estamos afectados por agentes de nuestro entorno o valores sociales, que crearán esas motivaciones personales, está demostrado que la motivación intrínseca resulta más eficaz, a la vez que produce menos agobio a la hora de realizar una acción, aunque por una serie de circunstancias sociales, morales, o del entorno siempre pueda tener una parte extrínseca.

Por su eficacia, hablaremos de ella y definiremos que en la motivación intrínseca, solo el hecho de realizar la tarea ya supone suficiente energía, sin necesidad de recompensas o reconocimientos externos y sin que nos veamos influidos por ningún factor fisiológico.

Es importante destacar que varios estudios revelaron la paradoja del incentivo, que nos muestra que la incursión de estímulos externos reducía la motivación hacia tareas que en un principio eran impulsadas por una motivación intrínseca, y sobre todo en tareas de carácter creativo, aunque si este incentivo se recibe sin ser esperado no afectará a la motivación intrínseca. Esto no quiere decir que el refuerzo sea una teoría errónea, simplemente nos ha ayudado a comprender las reacciones humanas, por esto sabemos, que nuestra motivación disminuirá en gran medida si el refuerzo extrínseco, nos llega como un método de control hacia nuestra conducta, también nos indica como una tarea intrínseca, en consecuencia al contacto con agentes externos, como la competencia con otros sujetos, hace que la actividad comience a ser extrínseca. Es necesario implicarse en una tarea por el hecho propio de querer hacerlo.

La percepción que nosotros mismo tengamos de la tarea también puede modificar el sentido de nuestra motivación, por eso el incentivo debe ir encaminado siempre a un reforzamiento de  tarea intrínseco, destacamos también la percepción que el sujeto tiene de sus propias habilidades, y no la calidad de estas, pues será más fácil resolver una tarea si se cree que es posible hacerlo, por eso este incentivo también tiene que destacar la valía del sujeto, sin que se pueda apreciar un afán controlador. Para el sujeto saberse capacitado y obtener este incentivo de la forma correcta, destacando un incentivo no tangible sobre lo material, no solo le aumentará la motivación intrínseca si no que le facilitará los posteriores enfrentamientos a tareas similares, la recompensa externa se convierte en interna.

Cuando vamos a realizar una tarea debemos fijarnos en la dificultad de esta respecto a nuestras habilidades, pues una dificultad extrema nos creará problemas, pero una tarea demasiado sencilla causará aburrimiento, desconcentración y problemas similares a los anteriores. Hay que buscar un punto óptimo para que la tarea sea motivante.

No existe una teoría final sobre la diferencia entre los dos tipos de motivaciones, y los incentivos hacia estas, aunque todo parece indicar que aunque estos son perjudiciales en la motivación intrínseca, cuando el sujeto no está motivado, si que pueden ser una fuente muy útil de motivación. En definitiva al enfrentarnos a las tareas debemos buscar que factores influirán en que nuestra energía, o motivación, sean lo más fuerte posibles para ejercer nuestras tareas con la mayor optimización posible.

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